viernes, 7 de mayo de 2010

Historia de la Cruz de Mayo

El origen de las fiestas en honor a la Santa Cruz se pierde en el tiempo. Para nosotros, los cristianos, tienen su origen en el hallazgo por Santa Elena de la cruz donde murió Cristo, y es una fiesta que vino a sustituir a las ceremonias que los antiguos romanos organizaban para festejar la llegada de la época primaveral (ya Rómulo instituyó en este mes unos juegos florales).

Volviendo al origen de la celebración cristiana de la fiesta de la Cruz, cuenta la historia que en el año 312 el emperador Constantino se preparaba para una batalla contra el emperador Majencio, y creía que la victoria era imposible debido a la magnitud del ejército enemigo. Una noche Constantino tuvo una visión en el cielo en la que se le apareció brillante la Cruz de Cristo y encima de ella las palabras “In hoc signo vincis” (con esta señal vencerás). El emperador hizo construir una Cruz y la puso al frente de su ejército, que entonces venció sin dificultad a la multitud enemiga en la batalla conocida como del puente Milvio. De vuelta a la ciudad, y averiguado el significado de la Cruz, emitió un edicto (el edicto de Milán) en el que permitía profesar la fe cristiana sin temor a persecución. Además, Constantino ordenó la devolución a los cristianos de los lugares destinados a los Divinos oficios y todo el patrimonio que les había sido arrebatado en tiempos de persecución y dedicó su vida al bienestar de la Iglesia (convocó el Primer Concilio de Nicea, en el año 325, que otorgó legitimidad legal al cristianismo en el Imperio Romano). Por eso es considerado el primer emperador cristiano.

Constantino envió a su madre, Santa Elena, a Jerusalén en busca de la verdadera Cruz de Cristo. Una vez en la ciudad sagrada, Santa Elena mandó llamar a los más sabios sacerdotes y logró hallar el lugar donde se encontraba la Cruz. Pero en el monte donde la tradición situaba la muerte de Cristo, encontró tres maderos ensangrentados ocultos. Para descubrir cuál de las tres era la verdadera cruz donde falleció Cristo, colocó una a una las cruces sobre personas enfermas, que se curaban al tocar la cruz que había sido la de Cristo.

A partir de ahí nació la veneración a la Santa Cruz, ya que Santa Elena murió rogando a todos los que creen en Cristo que celebraran la conmemoración del día en que fue encontrada la Cruz.
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